-¿Nerviosa?.- me preguntó Victoria.
-¿Qué?, ¡ah, sí, mucho!, uf, no se acaba esto eh, que llegue
ya la tarde.
-¿A qué hora habéis quedado?
-Ni idea, supongo que me lo dirá al final.
-¿De verdad que después de lo de ayer no te acuerdas ni un
poquito de Liam?, ¿ni una cosita chiquitina?, ¿lo más pequeñito del mundo?
-¿Qué Liam?.- sonó el timbre y me pude librar de su guerra
de preguntas. Observe como Mark se acercaba a mí.
-Ei Jane, ¿te viene bien a las 6?.- me dijo terminando con
una sonrisa.
-Sí claro, ¿dónde la primera vez?
-Podríamos ir al cine.
-¿Cine?, sí, vayamos al cine, ¿qué película...?.- pero
me dejo con la palabra en la boca y en cuanto acepté se fue.
-Pues sí que lleva prisas este.
-Ya ves.- me dijo Victoria, que lo había estado escuchando
todo.
Me puse a toda castaña la canción, “Hey soul sister” de
Train y me fui por mi camino de siempre.
Me entretuve un poco mirando un escaparate, estaba donde
mismo me hice lo de la muñeca, y en cuanto me di la vuelta, ¡ZASCA!, en serio,
tengo que aprender a mirar por donde voy. Los auriculares se desconectaron y
escuché la parte de, “le diste a mi vida dirección”. Levanté la vista desde el
suelo y justo enfrente…
-¿Otra vez tu?.- dijimos a la vez.
-Solo por curiosidad, ¿nos encontraremos siempre en el
suelo?.
-¿Y tú me joderás todas las citas?
-No sé, todavía no he decidido lo que haré con mi vida, solo
sé que tú sigues igual de empanada.- me dijo él.
-No tendré de nuevo esta conversación contigo.
-¿Sabes que ser un poco simpática es gratis?
-Calla, ¿en serio?, pues… ¡LIAM PAYNE!, ¡ESTA AQUÍ LIAM
PAYNE DE ONE DIRECTION!, ¿¡OS GUSTA LIAM!?, ¡ESTA ESCONDIDO BAJO ESTA CAPUCHA
NEGRA!, ¡AAAAAAH ES LIIIIAM!.- toma simpatía.
No una, ni dos, ni tres… bueno perdí la cuenta de las chicas
que corrían hacia nosotros desde varios puntos, vi que pasaba un taxí por la
carretera y lo paré, quería ir a comprarme una camiseta antes de la cita.
-Al centro comercial por favor.- le pedí al hombre.
-Sí, donde diga ella, es la que paga. Le miré muy extrañada
-¿Qué coño haces en mi taxi?
-Tu me has metido en el lío, tu me sacas mona.
-¿Qué pasa que también te quieres venir de tiendas?
-Bueno, tampoco tenía nada mejor que hacer.
-Ufff.- que chico más raro
Llegamos y pagué rápidamente.
-Tu, la estrellita, ve poniéndote la capucha que se te
comen.
-Ya, ya.- se la puso y añadió unas gafas de sol.
Me acerqué a una de mis tiendas preferidas y empecé a ver
camisetas.
-¿Es que hoy has quedado?.- me preguntó, y me pilló de
sorpresa.
-¿Pero que más te da?
-Nada, solo era por el comentario de la carretera, yo no te
fastidio las citas.
-No, pero me cabreas antes de tenerlas. Por tu culpa me
quedaré más sola que la una.
-¿De qué vas tía?.
-De nada, solo digo la verdad. Yo consigo citas con Mark y
tu me tiras por los suelos, es interesante.
-Así que, Mark.
-Aha, pero da igual, porque solo me quedan unas horas para
irme con él, para deshacerme de ti y para que tu me pierdas de vista que espero
que lo estés deseando.
-Y no sabes cuánto, en realidad también voy a por una
sudadera, digamos que me has acortado el trabajo de pedir el taxi yo y todo el
rollo.
-Mejor así no te debo intereses, pásalo bien comprando esa
sudadera, ah y que sea azul.
-¿Azul?, ¿por qué?
-¿Y por qué no?.- le sonreí.
Una de las pantallas de la tienda de televisores estaba
dando un programa de cocina. Conocía la canción que estaba sonando y me fui a
verlo de cerca. Estaban saliendo los otros 4 chicos.
-Pero sois cuatro, ¿a quién os dejasteis por el camino?.- le
preguntaban.
-A Liam, hoy no ha aparecido, así que Liam, estés donde
estés, llámanos tio.- dijo Harry desde el plató, llevaba un delantal blanco al
igual que los otros, menos el del que le gustaba a Amy, el suyo era naranja.
-Eso, avísales hombre, por cierto, Louis, ¿por qué tu
delantal es naranja?
-Decidí traerme el mío de casa, ¡ZANAHORIAS!
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