Five boys, one dream, one direction. <3

jueves, 2 de febrero de 2012

CAPÍTULO 18.


(ES EL MISMO SÁBADO 3, PERO POR LA MAÑANA EN OTRO LUGAR)

-Amelia Liberty se te va a hacer tarde.- me dijo mi madre desde la puerta. Uf, las 10 de la mañana.
-Da igual.- dije desde la cama.- estoy mala.- vino a mi cama.
-Hija mía que mala cara tienes, hoy no vamos a casa de los abuelos.
-Déjalo, se cuidar de mi misma.

*Aunque seas un desastre bonita*

Resoplé.

-Pues, te quedas sola todo el día. A ver que haces.- se fue. Me dormí otra vez, así la maldita voz se cayaría un rato aunque parecía que volvería nada más levantarme.

Me sonó el móvil, lo cogí.

-¿Sí?.- dije medio dormida.- seas quien seas te odio.- dije mirando el reloj. Las 6 de la tarde.
-Lo se, pero Lara me ha dicho que no has ido al instituto estos días y me he preocupado.
-No te agradeceré nada si no me dices quien eres.- intenté despertarme.
-¿No sabes quien soy?, pues menuda fan y yo que creía que éramos amigos.
-¿Harry?.- me levanté de la cama abriendo los ojos.
-Efectivamente, te he cogido cariño pequeña.

*Y por lo visto no es él único, ¿eh Amy?*

Voz estúpida.

-Gracias por todo Harry pero estoy mala en mi casa.
-¿Podemos… puedo ir?.- me preguntó corrigiéndose.
-Lo que quieras, total, estoy sola y me aburro.
-Ok bonita, allí estaremos.- colgó.

¿Allí estaremos?, si venía Louis tenía que deshacerme la sudadera de John. Me levanté rápido y la cogí del escritorio donde la dejé antes de acostarme anoche. Me la llevé a la lavadora, no me cambié, simplemente me aderecé un poco y me puse unas mallas negras y un sujetador que no se trasparentaba con la camiseta de Louis. No pensaba quitármela y además ya era mía. Me puse a merendar un vaso de leche con cacao y me hice tostadas. Justo cuando iba a sentarme a comer llamaron al timbre, bajé corriendo mientras llamaban otra vez.


Abrí la puerta. Allí estaban ellos dos. Harry nada más entrar me abrazó.

-Hola enfermita, ¿cómo estas?.- me preguntó.
-Merendando ahora mismo.- respondí señalando a la cocina.
-Que hambre, nosotros no hemos comido.- dijo mirando a Louis que solo encogió los hombros indiferente.

*Si esperas que te diga, Amelia, la llevas clara*
#Cállate, ahora no estoy para ti#

-Pasad, vamos a merendar.- dije esperando a que Louis dijera algo.
-Gracias.- murmuró Louis, Harry ya estaba en la cocina.
-¿Os gusta la leche con cacao?.- pregunté cogiendo mi taza.
-Me encanta y a él también aunque esté cruzado de brazos.- dijo Harry animado.
-Coged lo que queráis.- les pasé mi plato.- haré más tostadas. Cogí el pan de molde e hice otras 3 más, lo pensé mejor e hice 2 más. Debían de tener hambre. Hice 2 tazas más de chocolate. – A merendar.- dije sentándome con ellos.

Al final sólo me comí dos tostadas, a Louis no recuerdo haberle visto con alguna, se limitó a beberse el chocolate y Harry se comió lo demás.

-¿Qué hacemos?, estamos solos.- dijo Harry de pie.
-Bajad al salón, ahora voy yo, esta la Wii, podeis divertiros.

Recogí las cosas que habian en la mesa, oí como Harry salía corriendo y yo me puse a fregar los platos. Terminé al poco y me di la vuelta.

-¡Ah!.- di un salto, Louis estaba detrás mia. Cogí el trapo. Louis me aprisionó contra él y la pared. Tan cerca que sentía su respiración.- Louis, me has asustado.- dije intentando tranquilizarme, su expresión era impasible. Se me acercó más y me quitó su camiseta tirándola por ahí. Me besó y me dejó sin aire, era rabia lo que desprendía ese beso. Sus manos parecían estar por todo mi cuerpo, me asusté e intenté deshacerme de él.- Louis, ¿qué te pasa?
-Te quiero para mí Amy.- no me gusto nada que me dijera eso y menos en aquella situación. Metió su mano por mis bragas, di un respingo y le empujé con fuerza.
-¡Para ya!.- dije temblando apoyada en la pared, él pareció reaccionar.
-Yo… no… no quería…
-¡Vete!.- le espeté casi llorando.
-Amel…- no pudo terminar, le di un guantazo.
-¡He dicho que te vayas!.- esta vez lloraba.

Agachó la cabeza y se fue sin pronunciar ni una palabra más, oi el portazo y me derrumbé por completo. Me tiré al suelo llorando, todo lo que me reprimí, salió en ese momento. Noté una mano rozando mi hombro y me asusté. Harry me miró con comprensión y me abrazo. Seguí llorando, me tiré bastante tiempo hasta que por fin no me quedaron lágrimas.

-Venga Amy.- dijo dándome la camiseta de Louis, yo la cogí y la tiré con rabia.- Eh, Amy.- se levantó, me ayudó a levantarme y la cogí del suelo, pero no me la puse.- Ponte algo anda, estás helada.- dijo acompañándome a mi habitación.
-Gracias.- le di un abrazo.- muchas gracias.
-De nada pequeña, ahora he de ir a ver que narices le pasa a Louis.- se despidió de mí.- no te pongas mal, Louis no es un capullo.
-Pues lo disimula muy bien.- dije yéndome a la lavadora.
-Está bien, hasta luego.- dijo bajándose por las escaleras.

Yo cogí la sudadera de John y me la puse, dejé allí la camiseta de Louis. Cogí el móvil y llamé a John.

-Hola… esto… ¿estás en tu casa?.- le pregunté nada más oir que descolgaba.
-Claro, no tengo otro viaje hasta mañana.
-¿Te importaría venir a mi casa?

*Venganza Amy, venganza*.- dijo mi voz interior.

-Estoy sola.- completé.

*Tanaaaaa. Y así fue como Amy le puso los cuernos a Louis*
#No le pondré los cuernos#

-Vale, voy para allá.- colgué y suspiré tirada en el sofá.

*Amy, Louis no se merece que le hagas esto. Lo de la cocina ha sido un error.*
#Me ha… dolido, lo que ha hecho#
*Amy, Amy, Amy… Tiene celos. ¿Qué tal si mañana te dijera…? Hola Amy, tengo que decirte algo, es que me gusta otra chica*
#No lo se, si le hace feliz, aunque me duela le sonreiría#
*Mira que eres masoca, el caso John viene hacia aquí y tu sólo llevas su sudadera, ¿cómo crees que se lo tomará?*
#No lo sé#
*¿Has roto con Louis?*
#No lo sé#
*Entonces si pasa algo, le estarás poniendo los cuernos*
#Supongo, pero ya es demasiado tarde#
*Hay que ver como a veces piensas poco. Ponte algo más, quítate su sudadera y se la devuelves a ser posible ponte la camiseta de Louis*
#No, hasta que se haya lavado#
*Lo que tu quieras*

Cedí a mi misma y me fui a mi cuarto a cambiarme. Me puse unos calcetines, una básica ajustada y una camiseta olgada de manga larga. Me bajé al salón a esperarle, al poco sonó el timbre.

-Hola.- dije abriéndole la puerta.
-Hola.- dijo John, me sacaba cabezas, era algo más alto que Liam.
-Pasa.- dije nerviosa.
-Vaaaya, nunca había visto tu casa.- dijo encantado.- he traido cruasanes, recuerdo que cuando eras más pequeña te volvían loca.
-Gracias.- dije cogiendo la bandeja.- vamos al salón.

Se sentó y yo puse la bandeja en la mesita.

-¿Puedo poner la tele?
-Claro, ¿quieres algo?
-Un café por favor.

Subí a la cocina e hice dos cafés. Preparé la bandeja con cucharas, servilletas, leche condensada, leche caliente, sacarina y azúcar. Bajé con la bandeja y comiéndome la cabeza sobre lo ocurrido en la cocina. ¡Louis no era así!, casi lo chillo, pero me mordí la lengua. Llegué al salón.

-No sabía si lo querías con leche caliente o leche condensada.
-Me da igual.- se levantó y me cogió la bandeja.
-Hay de las dos.- yo cogí la leche condensada y la sacarina.
-¿Para qué he venido?.- preguntó hechandose leche caliente y azúcar.
-Sabes que soy muy sincera.- dije recogiendo las piernas en el sofá.
-Cómo olvidarlo.- dijo girándose a mí.
-Al principio pensaba vengarme de mi chico increíble.
-Te has vuelto cruel.- dijo sin darle importancia.
-Pero se que no os merecéis eso, ninguno de los dos.
-Por eso me gustas, eres madura para tu edad Liberty.- me sonrojé un poco.
-Gracias.- me cogí un cruasán y me lo empecé a comer.
-Eres tan natural.- siguió hablando. Cogí aire.
-John quiero que seas consciente de la situación.- él asintió.- estoy enamorada de mi chico increíble.- Recordé. Esa camiseta que quieres casi más que a tu vida.- Pero, tu eres mi primer amor y ahora que parece que tu lo correspondes no te puedo sacar de mi cabeza.- Dios, ¿de dónde he sacado la fuerza necesaria?
-También te recuerdo más tímida.- dijo riéndose.
-Segúramente.- dije con tristeza.
-Eh, no te pongas triste. Empiezo a creer que ese chico increíble es horrorósamente malo para ti.- dijo dejando el café y cogiendo un cruasán.
-Quiero explicarte la situación.

*Tiene derecho a saber la verdad Amy*
#Lo sé#

Le expliqué lo que pasó, todo. Hasta lo de la cocina. Frunció un poco el ceño.

-¿Cómo se llama?
-Louis.
-¿Y ese capullo se ha atrevido a forzarte?.- casi chilló.
-No, verás, estaba como ido. Él nunca haría nada así, de hecho es lo más encantador que he conocido en mi vida, en serio.- le puse las manos sobre los brazos.
-Liberty, que ha intentado forzarte, no le excuses.
-No, él mismo se ha parado.- seguí para protegerlo.- No hagas nada por favor.- no me miraba.- Mírame, por favor no hagas nada.
-Liberty, haré lo que tenga que hacer. No dejaré que se vaya de rositas.
-Te prometo que no se irá de rositas, pero déjalo.- Mentir, mentir, me jode pero por Louis hago cualquier cosa.

Respiré hondo y me fui a mi habitación para devovlerle su sudadera, me había costado convencerlo de que no la tomara con Louis. Sonó el timbre y bajé corriendo. Para dejarlo más claro, lo repetí.

-Te he dicho que Louis no tiene la culpa.- dije abriendo.
-Sí, sí que la tengo.- dijo Louis.
-Yo me pensaba que… pasa.- dije invitándole a pasar. Se me quedó mirando cuando pasó y cerró la puerta. No sabíamos donde meternos. El silencio era incómodo. Me sigió, cuando me giré me miraba la ropa y agachó la cabeza.
-Lo siento.- dijo Louis. Escuché una puerta, John había salido del aseo. ¡Mierda!, me había olvidado de él.

*Amy, joder, menuda estas hecha, siempre la cagas, te pasa por jugar a dos bandas. Ahora te toca pagar las consecuencias.*

-Liberty.- dijo John entrando al salón. La cara de Louis se descompuso.
-John por favor, vete.- le miré seria. John asintió aunque le costó.

Se fue, oímos la puerta y el coche arrancando.

-¿Amy?.- me dijo Louis.
-John solo ha venido a hablar.
-¿Por qué me mientes?.- me preguntó dolido.
-No miento.- dije acercándome a él.
-Amy, ¿te has visto?, te has cambiado de ropa y estabas sola con el tio ese.
-Yo no he hecho nada malo Louis.
-¡¿Hace falta que diga lo que pienso?!.- gritó.
-¡Louis!, ¡basta ya, estas celoso, joder!.- grité.
-¡Pero si tu estas con él!, ¡¿cómo no voy a estar celoso?!
-¡¿Confiando en mí?!
-¿Confiar?, después de lo que me estás haciendo.
-Lo siento, pero os quiero, no puedo hacer otra cosa.- dije llorando.
-Sí, sí que puedes. Aquí se acaba todo.
-¡No!, ¡NO QUIERO!, ¡no se va a acabar aquí!.- grité llorando.
-No sé por que lloras, ahora podrás estar con tu amor.
-Louis, no…. si te vas, no podré estar contigo.- me costó hablar.
-Lo siento Amelia, ahora tienes libertad.- me jodió lo que me dijo, había pronunciado mi nombre completo y lo había hecho con desprecio.

Se fue y me quedé sola en la casa que de pronto se me hizo enorme.

-Se acabo.- dije llorando y  yéndome a mi habitación.

(Louis ^_____^)

Entré en casa sin ganas apenas de andar. Llegué a mi cuarto y me encerré antes de que Harry me preguntara cómo me había ido, me tiré en la cama.

-Y así es como acaba todo.- dije mirando al armario.

Maldito John, ¿cúando había aparecido?, y, ¿por qué ella le quiere?, tanto que me dijo y ahora mira. Aunque Harry me dijo que ella había pasado de él para ir a arreglarse para mí. Ufff. Tuvo que hacerlo el día 28, ¿no había días en ese estúpido mes?. Venga ya, sólo habían pasado unas horas y Amy ya se había tirado a sus brazos. ¿Cómo quieres que no me enfade?.

“¿Confiando en mí?”, recordé. Ahora sabía lo que responder: ¿Cómo?, mira lo que me has hecho en apenas una semana Amy. “Os quiero”.- dijo después: ¿Os quiero?, Amy, yo no soy segundo plato de nadie. En serio.

Se me escapó una lágrima. Me fui al cuarto de Harry, toqué y entré.

-¿Qué tal con lo vuestro?.- preguntó quitándose los cascos.
-Ya no hay un vuestro.- dije metiéndome en la cama con él.
-¿Qué?.- dejó el portátil.- ¿cómo ha pasado?
-Pues fui a disculparme por lo de esta tarde, se lo merecía.
-¿Se lo merecía?, macho no te entiendo.
-Las disculpas joder, déjame que te cuente.
-Perdón.- me pasó el brazo por los hombros.
-Estaba allí y se había cambiado de ropa… llegué y le pedí perdón, ella pareció feliz durante unos segundos, pero después apreció John de nosedonde. Ella le pidió que se fuera, él aceptó a regañadientes. Nos quedamos esta vez ella y yo solos y discutimos. Me confesó que los dos le gustamos y yo decidí cortar por lo sano.

Ahora estarás con tu amor. Dije ya desilusionado, total no tenía nada que perder ya. ¿Qué más me daba escucharla o no?, yo no quería pasar por aquella situación, no pensaba que fuera a compartirla. Ella… estaba tan ilusionada cuando la conocí, hasta lloró por mí. Es divertida, las tonterías que hacemos Harry y yo las sigue e incluso nos supera. “Si te vas no podré estar contigo”. Eso es, no podrás estar conmigo… su amor… soy yo. Nos quiere a los dos, ¡pero su amor soy yo!. ¿Y si no hizo nada?, ¿y si sólo habló con él?

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