(Liam ^_____^)
-Okay, vengo ahora, por cierto, te hice caso y pedí un
deseo.
Desapareció por la puerta, me puse a buscar el pijama en mi
mochila, mejor dicho mis pantalones cortos y una camiseta blanca. Cerré la
puerta de la habitación de Jane y me quité la ropa, dejé los pantalones sobre
el canapé y me puse los cortos. La camiseta la dejé doblada sobre el
escritorio, lo pensé mejor y puse los pantalones encima.
Jane abrió la puerta.
-¿Qué le pasa a tus camisetas?, ¿siempre están del revés?- me la quitó de las manos, efectivamente estaba del revés.- también puedes
dormir sin ella, que yo no me voy a asustar.- dijo poniéndola bien y
devolviéndomela.
Hasta ese momento no me había dado cuenta de que volvía a
tener los ojos rojos.
-¿Por qué has vuelto a llorar?- le pregunté haciéndole una
encerrona entre la pared y mi propio cuerpo.
-No he llorado.- sorbió, me puse la camiseta rápidamente sin
darle tiempo a que se fuera.-vale, casi no he llorado.
-¿Entonces, a que le tienes alergia repentina?
-A lo mejor a Liam James Payne.- me dijo triste pero con una
sonrisa.
-En cualquier caso.- la agarré de la cintura y ella se quedó
helada y quieta.- prefiero que me tengas alergia a mi a que vuelvas a estar mal
por ese idiota.- le besé en la frente y ella se dejó.
Me agarró fuerte para abrazarme, llegué a creer que nunca
pararía de llorar.
(Jane ^____^)
Mark eres un gilipollas. Te odio, te odio muchísimo.
Mientras abrazaba a Liam me llevé las manos al estómago, más
bien las bajé a mi pelvis, me acordé muchísimo de aquella noche, que digo
noche, aquella estúpida tarde, si es que no pasaba ni una semana de ello. Sigo
sin creerme como jodí me primera vez de esa manera. Liam se tuvo que dar
cuenta, me quitó las manos de la pelvis y me obligó a que le mirara, por lo
tanto a dejar de abrazarle.
-Si quieres llorar, llora, entiendo que estés mal y estoy
aquí para ayudarte. Pero tu no tienes la culpa de nada de lo que pasara.- me
puso la mano derecha justo debajo del ombligo y con la izquierda me apartó el
pelo de la cara. Un escalofrío me recorrió la espalda.- ¡DE NADA!, paso y
punto, no te prometo que… esa vez la vayas a olvidar, pero si te prometo que
tendrás mejores para recordar, ¿está bien?, ¿lo has entendido?.- yo le asentí
muda.
Me preguntó dónde estaba el ordenador y si la película ya se
había pasado. Le dije que sí y desapareció volviendo a los diez segundos.
Ambos nos sentamos cada uno en un colchón, ninguno nos
recostamos hacia atrás, él porque no sabría cómo comportarse y yo porque no
sabía si le molestaría que le volviera a agarrar. Empezó la película, híncame
el diente, la parodia de la saga crepúsculo. No sabía si le gustaba o no, era
la única de risa que se me había ocurrido. Noté como se acostaba en el colchón,
yo seguía sentada.
-Quizá estropeo la noche.- dije.- pero, ¿te molestaría…si en
algún momento me agarró a ti?. Es que siempre termino abrazada a las almohadas.
-No.- le costó decirlo.
Empecé a quitarme la sudadera que llevaba, me quedé con los
pantalones cortos grises y una camiseta de tirantes negra. ¡Mierda!, al tirar
de la sudadera noté como la camiseta se había quedado pillada con el sujetador.
Intenté levantarme para ir al baño.
-¿Necesitas ayuda?- me preguntó volviendo a sentarse.
Sin quererlo me asusté.
-Tranquila, no voy a aprovecharme mujer.
(Liam ^___^)
Se le había quedado pillada la camiseta en uno de los
enganches. Tiré de ella hacia abajo hasta que comprendí que si seguía
así me la cargaría. Quité uno de los dos enganches, le solté la camiseta y se
lo volví a abrochar. Bajé su camiseta lentamente, su piel se estaba erizando.
Terminamos de ver la película y apagué la tele. Se echó
hacia atrás pero se quedó muy separada de mí. Bueno, si ella estaba mejor. Me
giré hacia ella y me dormí.
SABADO POR LA MAÑANA!
Auuuh. Toda la luz del sol que se estaba colando por la
habitación de Jane me daba en los ojos y eso que la ventana estaba justo
detrás. Hice el amago de levantarme a bajarla pero no pude, efectivamente había
terminado agarrandome. Alargué la mano todo lo que pude pero sin moverme
mucho y cerré la persiana poco a poco. Solo dejé un poco de claridad que no me
molestaba. Me quedé observándola. Su pelo era rizado y largo. Abrió los ojos,
los que ya me tenía más que conocidos, negros y preciosos.
-¡Hola!- me dijo.
-Buenos días.- le sonreí.- ¿has dormido bien?
-Al principio me costó, me dolía el estómago, pero ya luego
sí.- se frotó los ojos con la mano que no usaba para cogerme.
-Pues yo me dormí enseguida. ¿Vamos a desayunar?
-Voy al baño primero, quiero ducharme, abajo hay otro por si
necesitas ir.- se levantó y se estiró.
-Vale, pues voy a por mis cosas.- dije mientras ella cogía
ropa del armario y otra ropa de los cajones.
Me bajé al baño, no me había fijado aún en las fotos que
había por el pasillo, le vi a ella cuando era una niña y también a un chico más
pequeño. Me duché y cuando subí ella todavía estaba en la ducha.
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