Five boys, one dream, one direction. <3

jueves, 2 de febrero de 2012

CAPÍTULO 28. PARTE 3.


(Liam ^________^)

Llegamos al centro comercial. Sabía que de un momento a otro alguna chica me reconocería pero Jane estaba tranquila a mi lado. Nos metimos en una tienda de ropa, Jane no paraba de insistir, decía que quería comprarme un regalo y que quería ver ella lo que mejor me quedaba para hacerlo.

-Venga Liam, si todo te quedará bien.- tiró de mi mano hasta los probadores.
-No tengo ganas de probarme ropa, no me gusta ir de tiendas.
-Yo lo odio más, pero quiero acertar, prefiero ver que cosas te gustan a ti.
-¿Es imprescindible?
- Sí, no te quejes más.

Me dio un beso rápido antes de empujarme a los probadores. Me probé todo lo que ella me mostraba. Cogía algo al azar y si le asentía me lo daba y si le negaba se iba animada y correteando a por otra cosa. En total me probé 4 camisetas, 1 pantalón, 2 jerseys, 1 chaqueta y 3 o 4 sudaderas.

De todo lo que me había dado lo que más me gustaba era una de las sudaderas, roja y con las letras negras, LAKERS, y dos de las camisetas. Una azul de manga larga con 3 botones por el pecho y otra blanca y roja de manga corta. Se lo dije y ella asintió contenta dejando todas las cosas en su sitio.

Dimos un par de vueltas más por allí, sin darme cuenta ya estábamos en el piso de abajo. Jane volvió a arrastrarme ilusionada a una de las tiendas, era de animales. Se quedó embobada mirando los cachorros que había en las 4 cristaleras y aunque en el cartel se leía, por favor no golpear el cristal, ella dio unos toquecitos que hizo que los perritos de una de las cristaleras se acercaran. Uno era un cachorrito de husky con los ojos azules grisáceos y otro parecía un cachorro de caniche que se notaba que era mestizo, con los ojitos marrones. Ambos pasaron sus patitas por el cristal y Jane se derritió ante ese gesto.

-¿Quieres pasar a cogerlos?
-¿Me dejarán?.- preguntó con los ojos brillantes.
-Vamos a probar.- la agarré y entramos a la tienda.

El dependiente era un hombre mayor con cara de buena persona, así que mientras Jane miraba a los demás perritos le pregunté si podía cogerlos y de paso pregunté el precio. El hombre dijo que sí, que ya casi estaban cerrando y que podía cogerlos pero solo un ratito. Me acerqué a Jane y metí las manos en donde estaban los perros. Primero cogí el husky y se lo tendí.

-¿Se pueden coger?.- preguntó mirándome nerviosa.
-Sí, venga toma solo tenemos 10 minutos.

Jane abrió las palmas de las manos mirando al perrito y se lo dejé suavemente mientras este empezaba a removerse.

-Pero que cosita más mona eres.- dijo elevándolo y poniéndolo cerca de su nariz.- Hola preciosidad.- lo colocó a la altura de su pecho y el cachorro comenzó a darle con sus patitas jugando.- pero que ojazos tienes.- le dio un golpe suave en la nariz al perro.
-Gracias.- dije.
-Se lo decía a él, ¿te pones celoso de un perrito Liam?

Le sonreí y ella siguió acurrucando al perro jugando con él. Metí las manos para coger al otro y Jane se quedó mirándolo sin soltar al husky. Le tendí al mestizo y ella colocó al husky de nuevo en su sitio. Al darle al otro perrito este le daba mordiscos con su diminuta boca por las manos haciéndole cosquillas.

-Tu eres más revoltoso eh.- le acarició un poco más y cuando se descuidó le lamió toda la muñeca.- ¡Ey!, pequeñajo.- dijo riendo y cogiéndolo en alto para dejarlo junto al husky.

Le habían encantado los dos pero su mirada estaba perdida en los ojos grisáceos del primer perro.

-Vamos a cerrar.- le dijo el hombre a nuestras espaldas.
-Adiós cositas.- les acarició de nuevo y nos fuimos de la tienda.

Los altavoces sonaron diciendo el tiempo que quedaba para cerrar, le dije a Jane que ya teníamos que irnos. Se fue corriendo en cuanto vio un aseo y la esperé fuera mirando todavía al perrito mientras el hombre apagaba las luces y empezaba a cerrar.

Al girarme no supe que hacer pues un grupo de chicas se dirigía corriendo acia mí y todas se frenaron a mi altura gritando cosas y mi nombre.

-¡Oh dios mío, eres Liam!
-¿Te haces una foto con nosotras?
-¡AAAAHHH LIAM!
-¿No ha venido el resto?, ¿no está Niall?
-¿Dónde está Louis?

Las calmé sin mucho éxito, siguieron gritando.

-Vale, puedo con todas, pero no gritéis.- parecieron calmarse un poco.

(Jane ^____^)

Me metí al baño, esas monosidades me habían chupado todas las manos y fui a lavármelas. Pasé también a haces pis. Al salir me miré en el espejo y me arreglé un poco el pelo. Escuché muchísimos gritos mientras me retocaba la raya negra de los ojos y eso hizo que me asustara, me manché un poco el lado del ojo. Me lo quité con un par de toallitas y me sequé las manos.

Un montón de chicas de más o menos mi edad estaban alrededor de Liam. Él, como podía, tenía la situación calmada y se hacía fotos con todas, y cada vez que una se le arrimaba mucho él la rechazaba de la forma más cortés posible o le daba un abrazo para que se fuera contenta al menos. Vi como recogía unos cuantos trozos de papel de colores.

Yo estaba todo el rato esperando en la puerta del baño, 2 o 3 chicas se fueron y se metieron al baño, las escuché hablar cuando pasaron por mi lado.

-¡Oh dios que guapo es!
-Ya ves, ¿has conseguido una foto?
-Sí, ¡oh dios!.- repitió.- es que es encantador.

Y que lo digas.

-¿Tu crees que nos llamará?, le he apuntado el número de las 3.

¿Llamará, eh?

-Sí, cuando se aburra de la tia esa.

Flipé, habían pasado por mi lado sin reconocerme, mientras que las del tren me habían identificado enseguida. No sabía el porque.

Esperé a que todo se dispersara y me acerqué corriendo a Liam atrapándole de la cintura.

-Un poco más y te comen.- dije apretándole contra mí.
-¿Lo has visto no?.- empezamos a andar mientras yo aún no le había soltado.
-Claro que lo he visto, las tienes locas cariño.
-Y menos mal que no estaba Harry, si no lo dejan sin aire.
-¿Harry?, os dejarían sin aire a cualquiera. Se deshacen con los cinco.
-Ya, pero el más comentado es él.
-¡Oye!.- le di un golpe en el brazo soltándome.- luego me dices a mí que no me compare con los demás.- pasé mis manos por su cuello.
-Cierto. Retiro lo dicho.
-Así me gusta.- me arrimé a él más para besarle.- Además, tu eres el más dulce.

Me hizo dar un par de vueltas haciéndome girar mientras nos reíamos, casi me mareo pero me paró a tiempo. Escuchamos de nuevo el aviso de que iban a cerrar y salimos del centro comercial camino de casa.

(Liam ^______^)

Llegamos a casa justo cuando mi madre dejaba el asado en la mesa y despertaba a mi padre para que fuera a por la bebida.

-Toma Liam, guarda esto en el coche.- mi madre me dio una caja que tenía que llevar al coche de mi padre, al nuevo.
-Karen, ¿te ayudo?
-No cielo, ya está todo listo. Toma.- le tendió dos bolsas a Jane.- acompaña a Liam al coche.
-Claro.- aceptó sonriendo y nos fuimos al garaje.

Jane solo había visto el coche que tenían mis padres con el que había ido a recogerla a la estación. El coche nuevo de mi padre no.

-Woah, ¿ y este cochazo?.- preguntó cuando abrí el asiento delantero para coger el móvil de mi padre de la guantera.
-De mi padre, es un regalo.- abrí el maletero y metimos las cosas.
-¿De navidad?
-No, mío, se lo he regalado.
-¿Qué tu le has comprado esto a tu padre?, ¿en serio?.- asentí.- es una pasada cariño.- abrió la puerta y se sentó para verlo por dentro.- Sí, mola un montón.
-Eso espero, intenté elegir el mejor aunque sabía lo que él quería.
-Mmm.- se encogió de hombros.- tienes buen gusto.- agarré su manos y ella me atrajo para abrazarme aun sentada.

Le empujé suavemente acia atrás y caí sobre ella en los asientos traseros. Empezó a besarme tranquila entrelazando sus manos por mi pelo. No pude evitar reírme cuando me hizo cosquillas por el cuello. Aun riéndome metí una mano bajo su falda para apretarle un poco por la cara externa del muslo. Se dio cuenta de la situación y volvió a besarme separándose enseguida.

-Sí, el sueño de mi vida.- ironizó.- dentro de un coche.
-No vamos a tener muchos momentos solos estos días.- saqué la mano de su falda y nos incorporé para salir del coche.
-Quejica.- mi dio un beso en la frente.

(Jane ^__________^)

-Quejica.- le di un beso en la frente riéndome aun de él. Me daba igual si no hacíamos nada, a mí me bastaba con pasar unos días con él. La voz de su padre desde el salón me sacó de mis pensamientos justo cuando entrabamos en casa.

Empezamos a cenar y me di cuenta de que llevaba todo el rato callada mientras ellos hablaban tranquilamente y veían la televisión. Casi temblaba, no podía, me daba muchísima vergüenza esa situación. Le lancé a Liam una mirada nerviosa pidiéndole ayuda y él apartó una de las manos del plato para agarrar la mía con fuerza.

-Pero habla mujer.- dijo su padre.
-Lo siento, me da algo de corte esta situación.- me sinceré.
-Te lo permito hoy, pero mañana quiero que te dejes la vergüenza eh.- dijo él.

Sonreí asintiendo y su madre mientras cambiaba canales puso las noticias.

“Y el abogada más reclamado de nuestra ciudad, Bill Thompson, ganó ayer el caso sobre la rica herencia de la señora Loewe…”

Hablaban de un nuevo caso que había ganado el padre de Amy, sin duda era el mejor en su terreno. Se vieron las fotos de los hijos de la mujer y partes de los videos en la puerta de los juzgados. La reportera siguió hablando.

“No es de extrañar que sea el más solicitado, pues defendió a capa y espada los casos de Egipto para que los cuerpos volvieran a Londres y sus familias pudieran despedirse de ellos…”

Se me clavaron mil cuchillos en el estómago y noté como me ponía pálida.

(Liam ^_____^)

La chica hablaba de la mujer esa y de como el padre de Amy había ganado. Escuché como comentaba lo de Egipto, de los accidente de avión. Miré a mis padres, mi madre ya se lo había comentado a mi padre, pues la cara de mi padre era un poema. Mi madre agachó un poco la cabeza y cambió rápidamente de canal poniendo un concurso de preguntas. Noté el cambio en la cara de Jane, se estaba poniendo algo pálida.

-¿Estás bien Jane?.- preguntó mi padre. Jane negó un poco con la cabeza.
-Solo… necesito echarme un poco de agua, ¿puedo… ir al baño?
-Pues claro.- dijo mi madre.

La vi marcharse y sin decir una palaba seguí pasando canales en la tele. Sabía que era una de esas veces en la que necesitaba desahogarse sola.

-Liam, sube.- ordenó mi madre.
-Mamá, no es la primera vez que se tiene que ir de un sitio por estar así. Déjala, quiere estar un rato sola. Si tarda mucho, subiré.- dije volviendo a pasar la mirada por la televisión.
-Pobrecilla, ¿y está sola con su hermano?.- preguntó papá.
-Sí, en Londres.- le contestó mi madre.

Seguí cenando. Jane ya llevaba casi 10 minutos en el baño. Me levanté con tranquilidad bajo la mirada de mis padres y cuando llegué a las escaleras eché a correr hacia arriba.

-¿Jane?.- abrí la puerta y me la encontré sentada apoyada en la bañera llorando. Sorbió un poco cuando me senté a su lado.
-Siento el haberme ido así como así.- estalló de nuevo a llorar.
-Eh, eh, eh, no te disculpes.- la rodeé con los brazos.
-No se tenían que haber ido a ese estúpido viaje, ahora… ahora… estarían conmigo… con David…- se siguió desahogando.

No tenía ni idea de que decirle, se me rompía el corazón cada vez que le veía así. Le dejé seguir llorando hasta que se paró para coger aire, se limpió las mejillas y yo le tendí un poco de papel. La ayudé a levantarse e impulsándola con fuerza apropósito hice que se pegara a mi cuerpo para volver a abrazarle.

-Gracias.
-De nada.- le apreté más.- para eso estoy Jane, para cuidarte.

Salimos del baño y empecé a bajar las escaleras pero vi que se quedaba arriba.

-Si no os molesta, ¿puedo irme ya a la cama?, tengo que llamar a mis abuelos y no tengo muchas fuerzas para bajar ahora mismo.
-No me des explicaciones Jane, coge lo que necesites y acuéstate.
-¿Tardarás mucho?
-No sé.
-Si estoy durmiendo despiértame cuando llegues por favor.

Le asentí bajándome al salón con mis padres de nuevo y se metió a mi cuarto.

(Jane ^_____^)

No podía decirle que se me hacía un nudo en el estómago delante de sus padres, yo… necesitaba a los míos, y no los tenía. No se merecía que le dijera algo para preocuparle y sus padres estaban siendo encantadores conmigo.

Cerré la puerta de su cuarto y rebusqué por mi maleta para encontrar mi pijama. Me puse unos shorts de deporte negros con una sudadera muy finita roja. Me había llevado eso para dormir, total, Liam ya me había visto con cualquier cosa a la hora de dormir. Deshice la cama y me metí echándome todas las sabanas por encima y quedándome sentada.

Llamé a mis abuelos para contarles que estaba bien y que su familia era muy agradable. La verdad, lo que más deseaba era pasar año nuevo también con él, pero aun así mi deber era estar con mi familia. Volvería el viernes por mucho que me costara separarme de él de nuevo.

Colgué y me puse a leer un rato uno de mis libros que me había llevado de casa. El club de los corazones solitarios. Me encanta la protagonista y me encantan los Beatles, así que era la tercera vez que me estaba leyendo el libro.

Notaba como los ojos se me cerraban de sueño y no podía mantenerme más rato despierta. Dejé el libro…

(Liam ^_____^)

Terminé de cenar con mis padres y me quedé un rato con ellos viendo una película en el salón. Había pasado una hora desde que Jane se había ido a dormir y eso quería yo, que se durmiera, así que me quedé media hora más abajo. Me conecté a twitter desde el móvil y estuve respondiendo algunos mensajes y hablando con un par de colegas por WhatsApp.

Noté que empezaba a bostezar. Mi madre se había quedado durmiendo en el sofá y mi padre casi que también.

-Hasta mañana.- me despedí y les dije que se fueran a la cama, que estaban muertos de sueño también.

Abrí la puerta sin hacer ruido. Casi estallo a carcajadas pero me puse la mano en la boca para controlarlo. Jane se había quedado dormida con un libro en la cara, con una mano lo sujetaba y la otra la tenía apoyada en la almohada.

Entré y me quité la ropa, me puse un pantalón largo y una camiseta de tirantes negra y apagué la luz de la mesita que se había dejado Jane encendida no sin antes quitarle el libro de encima.

-Jane.- susurré.

No se inmutaba. Eché acia atrás todas las sabanas y mantas y le cogí como pude para pegarle a la pared, estaba helada por los muslos. Cogí las sabanas para taparle y me acosté a su lado pegándome al filo para que tuviera un poco de espacio si se movía. Me había dicho que la despertara pero no iba a hacerlo, que me echara la bronca por la mañana.

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