(Jane ^___^)
Cuando miré el reloj ya eran las 8 menos 10 pasadas. ¡Mierda!
-Eh, hazme un favor, vete a la casa.- le pedí.
-No te voy a dejar sola en medio de la nada.
-Vale, te acompaño a la puerta.
-Pero, ¿qué dices?
-Shh, calla.
Llegamos a la casa mientras yo le metía prisa, faltaban 3 minutos para las 8 y yo iba a esa hora precisamente porque cerraba a las 8 la tienda.
-Vuelvo enseguida.
-¡Jane!, que no te vas sola.
-Pero es que cierran y tengo que coger algo.- me retuvo del brazo.
-En cualquier caso no deberías ir sola.- le cogí la cara para darle un beso en la comisura de los labios.- ten cuidado.- me separé de él y me fui corriendo, pasé y la panadería de dentro estaba… cerrada.
-¡Mierda!.- a tomar por saco la pizza.
-Señorita…¿usted encargó esto?.- cuando me giré había una mujer tras de mi con una bandeja de plástico y la pizza.- mi marido me dijo que vendrías a las 8.
-¡Sí!.- respiré sofocada.- gracias.
-De nada.- dijo sonriendo.
Bien. Tenía la pizza, me fui de allí satisfecha.
-¿Liam?.- dije tocando a la puerta como pude mientras agarraba la pizza.
-Ah si que era eso.- dijo abriéndome y mirándome desde la puerta.
-Sí, ¿no pensarías que iba a pedir algo más de aquí?
-Ya lo se… costaría mucho.
-Exacto, así que… ¡PIZZA!
La abrí con cuidado y cuando me di cuenta no teníamos cuchillos, ni servilletas, ni nada.
-Ven, vamos al suelo, si manchamos algo que se pueda limpiar fácilmente.- me crucé de piernas y él se puso a mi lado frente a la pizza.
-¿Y cuando se te ocurrió esto?
-Mientras mi novio dormía.- me sonrió anchamente y se cortó con las manos un trozo enorme de pizza.- esta vez no te diré que eres un basto.- y cogí un trozo más grande que el suyo.
-¿Quién será ahora?.- dijo mientras cogía el móvil al notarlo vibrar.- Ah.- me miró un pelín intranquilo.- Hola, mamá…
Mamá, ¿llevaría tiempo sin ver a su madre?, yo que siempre me quejaba de que me llamaban a todas horas.
(Liam ^___^)
-Hola, mamá… - me giré y recorrí la habitación alejándome un poco de ella.
-Hola cariñó, ¿cómo va todo?
-Bien mamá, genial. Estoy reventado, ayer estuvimos hasta las tantas para lo del nuevo video.
-Si es que os explotan.- me reí.
-Más o menos, ¿qué se le va a hacer?
-¿Estas en casa?
-No, estoy…
-¿Con los chicos?
-Mmm… un momento mamá.
Me aparté el auricular de la oreja y me acerqué a Jane, estaba arrugando el papel plata y poniendo el trozo que quedaba de pizza sobre la bandeja, se giró sonriéndome.
-Jane… ¿a mi madre también se lo oculto?
-No seas idiota, claro que no.
-¿Seguro?.- se levantó.
-Que sí.- metió sus manos bajo mi chaqueta abrazandome.
-¿Mamá?
-Dime.
-Estoy con alguien.
-Hijo mio hasta ahí llego, se oian voces.
-Vaya, pues… ¿quieres que te la pase?
-¿Es una chica?
-Sí, eso parece.- Jane suspiraba en mi hombro.- espera… Jane, ¿te apetece ponerte?
-¿Eh?, ¿yo?, jo… que vergüenza.- me aceptó el teléfono tímida, aproveché para agarrarle desde atrás de la cintura cuando se separó de mí y escuché la conversación.
(Jane ^___^)
-Hola.- Dije tímida, nerviosa… muerta de miedo para que mentir.
-Hola, yo soy Karen, encantada, ¿tu eres…?
-Hola señora…- miré a Liam.-… Payne.
-No me trates de señora, me hace sentir más mayor.- sonreí y me tranquilicé un poco.
-Yo, soy Jane.
-Que nombre más mono.- me asustó un poco.
-Vale… gracias.- mis nervios seguían allí.
-¿Me contaras tu por qué mi hijo me ha tenido en ascuas sobre ti?
-No lo se, eso mismo me pregunto yo.- le dí un golpe a Liam en el brazo soltándome.-… a ella se lo podias haber dicho.
-¿Y yo que sabía?.- dijo él.
-¿Eres una amiga de Liam?
-Bueno… sí.- me reí un poco.
-Más bien, es mi novia.- Liam me quitó el teléfono, me quedé parada en el sitio, era la primera vez que le oía decir, mi novia. Volví al mundo y Liam seguía hablando con su madre, llamaron a la puerta. Las fresas. Yo no quería abrir.
-¿Me dejas despedirme de ella y abres tu?.- le pedí.
-Toma.- se fue.
-Hola de nuevo.- le dije a Karen.
-Hola corazón, ya veo que estáis ocupados y y ya he hablado con él, ¿apareceras por casa algún día?
-Sí, seño… sí, Karen, claro, estaré encantada.
-Cuando pidas permiso a tus padres si quieres los llamo y hablo con ellos.
Liam seguía en la puerta, no supe que contestarle a su madre pero encontré las palabras.
-Es que mis padres fallecieron.
-Oh, lo siento…
-Gracias.
-¿Hace mucho?
-No, en el accidente de avión de Egipto.- respiré hondo y conseguí no llorar.- hace casi 3 semanas.
-Pero pequeña, eso es hace poquito. Liam se la va a cargar por no haberte traido a casa, hubieras pasado unos días con nosotros.
-Ya, esta muy ocupado, vivimos en la misma ciudad y nos vemos cuando podemos.
-Bueno no os entretendo más, ya sabes.
-Sí, claro… iremos.- lo que no se es cuando.- iré con Liam, adiós Karen.
Colgué y al girarme un chorro de nata me dio en toda la nariz.
-¡Pero bueno!.- dije apartándomela con ambas manos cuando guardé el móvil de Liam en el bolsillo de la sudadera.- ¡Te vas a enterar!.- me acerqué y le pasé las manos por la boca.
-Te vas a arrepentir de haber hecho eso.- eché a correr y salté la cama para que no me pillara.- pero no seas cobarde.- se subió a la cama y se acercó lentamente, se bajó y yo di un paso atrás.- Vamos, te voy a pillar igual.- dio otro paso adelante y yo retrocedí uno más.
-Pero me pillaras cuando yo quiera.- dije retrocediendo 2 pasos más, él se volvió a acercar.
-Pues déjate atrapar.- me topé con la pared. Liam me agarró justo por debajo del culo impulsándome un poco hacia arriba, me quedé a su misma altura o un pelín más. No quisé mancharle el pelo ya que tenía nata en las manos, entrelacé los barzos por su cuello dejándolos caer sin rozarle. Mis labios se encontraron con el hoyelo de su mejilla, el que le sale cada vez que sonríe. Bajé desesperada recorriendo su cara y le besé lenta y dulcemente, ya que saboreé tanto sus labios como la nata.
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