(DOMINGO 4 DE DICIEMBRE, MAÑANA)
-¿Mick?.- dije al teléfono.
-¿Sí?, ¿Louis?.- sin duda eran hermanos, contestaban igual.
-Necesito tu ayuda campeón.
_ _ _
-Hola Louis.- me dijo Juliet.
-Hola Juliet, ¿está Amelia?.- pregunté guardándome unas
flores detrás.
-Que mono eres… No, se ha ido con Mick.
-Perfecto, verá…
_ _ _
Ya estaba todo preparado. Juliet avisó a Bill y él llamó a
Amelia para que volviera. Yo la esperaba en su cuarto, la luz estaba apagada,
el chaquetón morado lo puse encima de su cama junto a la belladona blanca que
me dijo Mick. Esperaba que le gustara mi regalo. Tuve que ir un poco camuflado
y me llevó tiempo encontrar una tienda abierta, pero lo conseguí.
Bueno, ya debía estar al caer. Repasé mentalmente lo que le
iba a decir, estaba muy nervioso. Esperaba que todo saliera bien. Se encendió
la luz y Amelia dio un grito.
-¿Quién ha sido?.- se dio la vuelta y yo cerré la puerta.
Ella empezó a llorar con el ramo de flores blancas y el
chaquetón.
-Amelia.- dije acercándome a ella. Lloró más.
-Louis… tu… yo… te quiero.- dijo ella lanzándose a mis
brazos.
-Lo sé y yo también. Te quiero.- ella no paraba de llorar.
Cuando se tranquilizó nos senté en la cama.
-Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero… - dijo ella
abrazandome. Las flores estaban en el suelo junto al chaquetón.- Mi amor eres
tu.
-Lo entendí anoche Amelia.
Me rodeó el cuello con los brazos y me besó con dulzura.
Cuando se separó llamaron a la puerta, era su madre y traía ropa.
-Amelia Liberty toma, dóblala y guardala. No la quiero ver
tirada por ahí.
-Claro.- se levantó contenta y lo cogió.
Me percaté de que era la sudadera que vi en la foto y mi
camiseta, la que hace tiempo se quedó. Tiró la sudadera al armario y se quitó
el jersey que llevaba para ponerse mi camiseta.
-Hala, ya está en su sitio.- me hizo reir ese comentario y esperé
a que se sentara a mi lado.
-Lo comprendí anoche. Nos quieres, sí. Pero yo soy tu amor.
Siento todo lo que ha ocurrido entre nosotros estos días.
-Tengo demasiada suerte.- se tiró encima de mí.
-Espero que no lo digas por esta semana.- dije riendo.
-Lo digo por ti. Esto me parece un sueño. Eres tu Louis, lo
eres todo para mí y lo fuiste desde que te vi.- agachó la cabeza.- Por eso me
olvidé de John, antes iba a casa de Lara cada dos por tres para verlo. Pero fue
verte en los castings y pasar del tema para pelearme con mi madre y así poder
verte cada vez que salías.
-Me hubiera gustado verte pelear por el mando.
-Para de reírte o me quedaré sin aire.- se levantó
haciéndose la enfadada.- por eso cuando empezaron las galas mi madre decidió ponerme una televisión en mi
cuarto.
-Muy previsora tu madre.- me levanté y la abracé desde
atrás.
-No quiero que hoy acabe.- dijo dándose la vuelta.
-¿Hoy?, tranquila, todo ha pasado.- la estrujé contra mí.
-Quiero que estemos juntos.- me dijo al oído.- no quiero que
el día de hoy pase.- susurraba aunque le costaba. Noté como se le escapaban
unas lágrimas.- quédate a dormir por favor.
-Amelia.- me separé de ella pero lloraba copiosamente.- Eh,
eh, eh. No llores.
-Quédate a dormir por favor.
-Amelia por mi vale, ¿pero tu familia qué?.- pregunté
apurado.
Salió del cuarto y yo la seguí. Me quedé en el pasillo
mientras que ella entraba en la cocina.
-Amelia Liberty, ¿por qué lloras?, ha sido bonito pero
pareces triste, ¿no te ha gustado?.- oí a su madre aunque no parecía muy
preocupada.
-Mamá, ¿se puede quedar Louis a dormir?. Por favor, mira
todo lo que ha preparado.
-La verdad es que el chico se lo merece, con todas las
vueltas que ha dado.- esperé expectante para que no dijera nada del regalo que
aun no le había dado.
-¿Entonces?.- preguntó ilusionada, pero su madre no
contestó.- Mamá.- la llamó.
-¿Qué?, no sé. Pero es que se ve buen chico… preguntale a tu
padre.- concluyó.
Amelia vino acia mí. Me dio un beso rápido y me llevó con
ella escaleras abajo. Mick estaba en una habitación que parecía sólo de juegos.
Me dejó allí y Mick me tendió el guitar hero. Antes de irse, Amelia se me
acercó.
-El despacho de mi padre esta aquí al lado, lo escucharas
todo. Te quiero.- se fue.
-Louis, ¿le ha gustado?.- preguntó Mick.
-No sé, todavía no le he dado nada.
Saqué el regalo de mi bolsillo y se lo enseñé.
-Woah, con lo bonito que es, como no le guste me lo quedo.-
Puso la play y empezamos a jugar. De momento no oía nada.
-Amelia Liberty, ¿por qué lloras?, ¿qué te ha hecho?
-No papá, lloro de felicidad.- Mick hizo como que iba a
vomitar.- vengo a pedirte algo.
-Tu diras pequeña.- por lo visto su padre si que se
preocupaba.
-Quiero que se quede a dormir por favor. Papá, sabes que no
te lo pediría si fuera una estupidez.
-Si hay algo que te caracteriza en esta familia de locos es
tu madurez.
-Por favor papá.- Mick hizo como que se arrodillaba
suplicando algo. Yo le reí la gracia.
-Liberty, confio en ti… pero en él no.
A lo mejor cambiaria de opinión si yo hablaba con él. O a lo
mejor me machacaba.
-Papá, al igual que dos no se pelean si uno no quiere.
Tampoco ocurre nada entre una pareja si una no quiere.
-¿Pareja?, no nos lo has presentado como tal.
-¿Si os lo presento esta noche se podrá quedar?
-Liberty compréndelo, soy tu padre y él es un chico que
apenas conozco.
-Pero eso ha sido porque tu has querido.- se quejó. No me di
cuenta de que había dejado de jugar. Mick pegó un salto a mi lado.
-¡Toma!, te he machacado grandullón.- me dijo Mick.
-Chico, yo no soy tan grande.- dije poniéndole una mano en
el hombro.
Su padre se había callado y Amelia también, apareció de
pronto y me llevó arrastrando.
-Jo Amy, siempre tienes que fastidiarme cuando me divierto.-
se quejó Mick.
-Amelia Liberty, mañana es lunes.- dijo cuando me vió pasar.
-Papa, estoy convalidando. Solo me perderé a lo sumo una
hora.
-No se Liberty.- repitió.
-Primero habla con él por favor.- le puso carita de pena.
Su padre asintió. Amelia me miró, sonrió y cogió mi mano.
-No te dejaré solo.
_ _ _
-Has sido impresonante.- dijo Amelia en su habitación.
-Tengo muchas hermanas, se las preocupaciones de tu padre.
-Muchacho, que te lo has metido en el bolsillo.
-Bueno, no se yo.
-Que sí, ya es raro que mi padre se digne a hablar con
alguno de mis amigos.
-¿Incluso las chicas?
-Sí, pero vamos a coger la cama.
Quitó su mesita de noche.
-Está aquí abajo, la pusieron cuando mi hermano era pequeño,
cuando tenía pesadillas me lo mandaban a mí. Y al hacerme mayor pues para las
amigas. Aunque hay veces que también duerme mi hermano conmigo.
-No se por qué pero esta noche me parece a mí que también
dormirá con nosotros.
-Lo más seguro.
Sonrió y me dio unos pantalones que había en la cama.
-¿De quién son?.- pregunté quitándome la camiseta.
-De mi padre.- se quitó mi camiseta y se puso la del
pijama.- y esta te la dejo por hoy pero la quiero de vuelta.
-Pero si es mía.- me puse lo que sería mi pijama. Amelia se
terminó de poner el suyo. Unos pantalones ajustados y una camiseta.
-No te quejes tanto.- quitó nuestra ropa de encima de la
cama y la puso en el escritorio. Sacamos la cama, la pusimos a la altura de la
suya y pusimos unas sábanas. Desapareció para volver con varias mantas y
ponerlas encima de mi cama. Cuando terminó la empujó y las juntó.
-Es enorme.- en verdad era una cama grande, casi cabrian
cinco personas.
-Lo se, hay veces que hemos dormido todas aquí. Otras
estamos tan cansadas que pasamos, ponemos los sacos en el suelo y a dormir sin
más.
Me levanté y fui al escritorio, rebusqué en mis pantalones y
saqué la cajita en forma de zanahoria. Cuando la quise comprar la depedienta me
preguntó si era para mi hermana pequeña, yo asentí para que no se riera de mí.
Me di la vuelta y me la escondí detrás mia.
-¿Vamos a dormir o vemos una peli?, personalmente prefiero
la peli ya que no podemos hacer nada.- sonrió un poco colorada.
-Ameeelia.- canturreé. Ella me miró y se incorporó un poco.
Se levantó y fue a un cajón del escritorio, cogió un pequeño portátil y lo puso
encima de la cama.
-¿Qué peli quieres ver?.- conectó un pen-drive.
-¿No quieres saber que escondo?.- pregunté a su altura.
-¿Eh?.- se levantó y vino a por mí. – dame, ahora quiero
saberlo.
-Si claro, ahora no te lo quiero dar.
Se paró y me miró confundida. Me acerqué un poco y ella me
cogió.
-¿Ahora me lo daras?.- preguntó.
-Te falta pagar los gastos de envio.
-¿De envio?.- se me acercó y jugamos con nuestras bocas,
hasta ella quiso jugar también con mi lengua. Yo pasé las manos por su pelo
atrayéndola hacia mí con el antebrazo y la otra en su cintura. De pronto me
quitó la cajita.
-Eh.- me quejé.- no vale, te aprovechas de mí.
-Sera eso.- dijo mirándola intentando adivinar como se
abría.
Cuando por fin la abrió casi se echa a llorar.
-Pense que... bueno… cuando te conocí lloraste y después…
también…. Y bueno, la laguna… es agua. Así que…
Amelia cogió los colgantes, eran una tira de cuero ajustable
con una lágrima de cristal.
-Tonto.- comenzó a llorar.
-¿Ves?, y porque no te he dicho que son de Swar…- Lloró más
fuerte, eran de Swarozky.
-No tenías que haberte molestado tanto.
-Pero sin son dos.- ella cogió uno y me lo puso con
rapidez.- eres una llorona.
-Pues será ahora, normalmente apenas lloro. Será por ti.- se
secó las lágrimas y yo cogí el otro colgante para ponérselo. Se lo miró y se lo
ajustó a su cuello.
-¿Te gusta?.- pregunté llevándola a un espejo de cuerpo
entero.
-Me encantas.- se giró y me besó.
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_
“Shut the
door, turn the light off, I wanna be with you, I wanna feel your love…”
-¿Liam?.- me desperté.
-Lo siento.- dijo Amelia. Encendió la luz y cogió su móvil.-
¿Sí?.- sonreí. Algo se removió entre ella y yo. Miré, era Mick y estaba
agarrado a Amelia.- Aha.- sonrió.- Tranquila, hoy han dormido conmigo Mick y
Louis.
Amelia se separó el móvil.
-¿Qué?, ¿en tu casa?.- oí a Jane.
-Sí.- volvió a acercarse el móvil.- claro.- se giró a mí.-
Jane tiene que hablar contigo.- cogí el móvil un poco confuso.
-Dígamelo.- dije animado.
-¿Se puede saber que haces tu en casa de Amy?.- me preguntó
como echándome la bronca.
-Pues yo… he venido a darle una sorpresa y me he quedado.
-¿Así de fácil?
-No te quejes.- estuve a punto de decirle que Liam se queda
cada vez que ella quiere desde lo de sus padres pero me callé.- Bueno, ¿por qué
quieres hablar conmigo?
-Quería agradecerte algo pero mejor otro día.
-Vale.- le pasé el móvil a Amelia.
Me di la vuelta y Mick se despertó.
-Hola Louis, mi padre me ha dicho que tenía que proteger a
Amy.
-Pues lo estas haciendo muy bien.
-Gracias.- se pegó a mí y se volvió a dormir. Así que yo lo
imité y dejé a Amelia hablando por teléfono.
(Amy ^______^)
-Amy… ayer Liam y yo… bueno… surgió…
-¿Qué ayer qué?, ¿por qué me llamas hoy?, tengo sueño.
-Joder, que lo hicimos.
-¡Oh dios!, ¿en serio?, bueno, ¿y dónde esta?
-Pues ahora mismo en mi cama, estoy en la cocina, no podía
dormir. No se lo cuentes a Louis… a nadie.
-Ah, bueno. Te felicito cariño. No se lo diré. Haré como
Liam.
-Ya… ¿eh?, ¿él sabía lo tuyo con Louis?, ¿lo de la laguna?
-Claro.- sin que le dijera nada. Jodido Liam.
-Bueno… lo siento por despertaros. Pero me voy a dormir,
Liam me está esperando.
-Ui que idea se me esta formando…- me sonrojé.
-David esta aquí.- me espetó.
-Pues la verdad es que ahora te envidio.
-Pero si Louis está en tu cama.
-Claro, estoy en mi casa.
-Cierto, y con Mick. Pues nada… hasta mañana.
-Adiós cariño.
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