(Liam ^________^)
-Mamá, ¿dónde está mi jersey negro?.- pregunté entrando a la
cocina.
-En el salón, lo ha planchado Jane esta mañana.- dijo mi
madre. Miré a Jane, estaba sacando la cena de nochevieja del horno.
-¿Y no lo ha quemado?.- pregunté escéptico.
-Idiota.- dijo sonriéndome.
Me puse el jersey encima de la camisa roja. Volví a pasar
por la cocina y le hice un par de gestos a Jane para que subiera a mi cuarto
cuando terminara.
Fui al garaje, el pobrecito llevaba 2 horas allí solo. Se
había terminado la comida y buscaba más agua. Le rellené el plato en el baño
del garaje y se lo bebió enseguida.
-Tienes que volver a tu caja enano.- me lo pensé mejor y
subí rapidamente a mi cuarto, rebusqué por debajo de la cama. Había guardado la
bolsa de viaje para que Jane se lo pudiera llevar en el tren. Volví al garaje y
le metí dentro, se puso a jugar con el muñeco que había en la bolsa, ya me
había preocupado yo de que fuera de los que no hacían ruido.
Subí a mi cuarto y
dejé la bolsa en el suelo.
-¡Jane!.- grité desde el pasillo.
-Que sí pesado, que ya voy.- dijo desde abajo.
-¿No eras tu la que recordaba bien las fechas?.- pregunté
cuando llegó a la puerta de mi cuarto.
-Y lo hago, solo que me quería esperar un rato más.- me
besó.- Feliz aniversario.- le sonreí y volvió a besarme.
-Cierra los ojos.- pedí.
-¿Tu no cambiaras no?.- preguntó mientras le tapaba los ojos
con una mano y entrabamos a mi cuarto.
-No. No creo.- cerré con el pie y vi como la bolsa se movía.
Me esperé a que parara.
-Te conozco. Lo que yo te he comprado se quedará pequeño al
lado de tu regalo.
-Bueno, tómate mi regalo como, navidad, aniversario y fin de
año, ¿vale?
-Vale.- sonrió.- ¿puedo abrir ya los ojos?
-Espera, quédate aquí y mantenlos cerrados.
Me hizo caso y puse la bolsa en el escritorio. Volví a por
ella y la atraje a mí tirando de su mano.
-Vale, ábrelos.- me aparté del escritorio.
-¿Una bolsa de viaje?.- estaba extrañada.
Metí las manos dentro de la bolsa y le tendí al perrito.
Ella estaba con los ojos como platos y no decía una palabra. No cogía aun al
perro y sin poder pararla empezó a sollozar.
-Pero no llores.- pedí volviendo a tenderle al perro.
-Es que... yo...tu has...- dejé al perro en la bolsa y se
acercó con fuerza a abrazarme.- Eres increíble.
-Gracias, pero cógelo, pobrecito.- sonrió y cogió al
cachorro.
-Hola pequeño, nos volvemos a ver.- se sentó en el suelo
dejando al husky entre sus piernas.
-Yo dejo que os vayáis conociendo. Voy a ayudar por la
cocina, ¿vale?
-Sí claro.- se apartó las últimas lágrimas.
-No llores más tonta y ve pensando en algún nombre.- me fui
a la cocina y cogí todos los vasos y platos para ir a colocarlos a la mesa.
(Jane ^_____^)
Cogí la bolsa del perrito y la puse en el suelo, dentro
había un muñeco mordisqueado, lo apreté y no hizo ningún ruido. Se lo tiré
varias veces y jugué con el. Liam subió a los 15 o 20 minutos.
-Bueno que, ¿has decidido el nombre?.- preguntó sentándose a
mi lado en el suelo.
-No sé que nombre ponerle a esta preciosidad.
-Pues piénsalo antes de que acabe el 2011 anda.- abrió uno de
los cajones del escritorio y vi el papel de regalo.
-No me des más cosas por dios.
-Shh, cállate.- me lo tendió.
-Que no quiero, que ya me has regalado a... bueno te lo diré
cuando elija su nombre.
-Si te sientes mejor, este regalo a penas me ha costado
dinero.- volvió a tendermelo.
-En serio... Liam... no.
-Pues lo abro yo.
-Lo que tu quieras.
Abrió el regalo y lo puso sobre mis rodillas, después cogió
al perrito y se puso a jugar con el.
-Es preciosa pero...
-Pero nada.- lanzó al muñeco y mientras el perrito se fue
correteando me puso la bufando roja por el cuello, era larga. Cogí ambas puntas
y en una de ellas vi el grabado que tenía. JMW.
-¿Has grabado mis iniciales?.- me asintió.- pero vamos a
ver, ¿tu tienes defectos por algún sitio?.- pregunté metiendo las manos bajo su
jersey y quedándome de rodillas frente a él.
-Sí, varios. Uno de ellos es que ahora mismo no estamos
solos en casa.
-Cierto.- saqué las manos y las puse sobre su cuello.- de
todos modos, no, no tienes.- me levanté y rebusqué por mi bolso para coger su
regalo.- Te lo digo antes de tiempo, nada de lo que tu me has dado se compara.
Lo mio es una tontería.
-No te compares más con nada.- me recordó cogiendo la
bolsita. Volví a quedarme de rodillas frente a él. Cogió el colgante y se sorprendió
leyendo la inscripción.
-Me vale con que lo lleves en el bolsillo y te acuerdes de
mí al verlo.- me tendió la muñeca.- ¿en la muñeca?.- me asintió mudo.- vale.-
le di un par de vueltas a la tira de cuero por su muñeca e hice unos cuantos
nudos para que no se desatara. Lo cogió y volvió a leer el grabado.
-Te amo.- dijo sin apartar la vista.
-Sí, me gustó la idea de grabarte eso y...
-No lo estoy leyendo.- me miró y se me cortó el aire por un
momento.- te lo estoy diciendo.- bien, me volví a poner colorada.- Te amo.
-Yo también te amo.- respondí abrazándole.
Algo se metió entre nosotros dos y nos separamos riéndonos.
-Una vez dijiste que te habías comprado un perro y lo habías
llamado Liam.
-No lo voy a llamar Liam.- dije levantándonos.- es que no se
cual ponerle.
-¡Chicos a cenar!.- su padre gritó desde abajo.
-¡JAMES!.- chillé.
-¿Qué?.- preguntó Liam.
-Que se llama James.- lo cogí para dejarlo en la bolsa, Liam
sonrió y lo bajó al garaje.
(Liam ^_____^)
-¿A qué hora sale mañana el tren?.- preguntó Nicola.
-A las 8. He ido esta mañana a comprar el billete.- contestó
Jane.
-Espero que te lleves un buen recuerdo de aquí Jane.- dijo
mi madre.
-Eso, y a ver si te dejas ver cuando vayamos a Londres a
visitar a Liam.- dijo mi padre.
-He estado muy bien aquí.- contestó sonriente.- y cocinas de
maravilla. Y bueno, claro que quiero veros, si Liam me avisa cuando vayáis
claro.
_ _ _
Después de los últimos segundos del año todos estábamos en
la terraza viendo los fuegos artificiales.
Mis hermanas se fueron sobre las una de la mañana con Xavier
y Karl y mis padres me habían avisado de que estarían en casa de los vecinos,
les habían invitado a tomar algo. Jane se quedó en la terraza así que bajé a la
cocina y preparé un par de vasos de chocolate caliente, agarré una manta grande
y cuando subí ella estaba perdida mirando al cielo. Dejé en la mesita los
chocolates y la pasé la manta por los hombros.
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