(Amy ^____^)
Llegamos a su casa y tuve que abrir el maletero a
regañadientes.
-Coge esto.- le tendí la bolsa con los libros.
-¿Esto es para mí?.- dijo ilusionado.
-No, tranquilo.- cogí una de las cosas que me había
comprado.- ¿te gusta?
-Sí, aunque no es mi estilo.
-Claro que no es tu estilo.- dije dejando las bolsas.- es el
mío.- sonreí.
Cerramos. Yo llevaba aparte del bolso, la bolsa y el pastel,
no le dejé coger nada. Cuando abrió la puerta una mujer salió a recibirnos.
-Hola cariño, tu debes ser Amelia. Pero si no te importa te
diré Amy, Louis, ¿por qué no la ayudas?.- le reprendió.
-No, es que… Bueno lo primero es hola, soy Amy…
-Hola, soy Joahnnah. Pero, por favor llámame… no sé, mamá,
si no se me hará raro que una chica en mi casa me llame por mi nombre.- dijo
animada.
-Está bien.- no me acostumbraría.
-Mamá, dilo sin complejo, además, este de aquí.- señaló a
Louis.- me ha hablado tanto de ti que ya es casi como te conociera de toda la
vida.
-Mamá.- sonreí, me pareció raro.- Le he traido esto.- le di
el pastel de verduras que iba en la fuente de cristal.
-Owww, que mona Amy.- sonreí más, ya se de quien había
sacado Louis lo de decir, mona.
-¡Charlotte!.- dijo su madre entrando a un salón, yo me giré
a Louis que simplemente se encogió de hombros sonriendo.
-Sí mamá.- salió una chica.- Dime.
-Toma cariño, lo ha traído Amy, déjalo en la cocina.-
Charlotte asintió.
-Lottie, esta es Amelia.- dijo Louis.
-Hola.- saludé aunque me sentí tonta.- soy Amy a pesar de lo
que te diga tu hermano.- eso hizo reir a la chica.
-Ven pequeña.- dijo su madre arrastrándome con ella.- esta
es Fizzy.- me señaló a otra de las chicas.
-Hola, soy Amy.- la chica asintió y me abrazó.
-Yo Fizzy, la preferida de Louis.
-Eso no se dice.- dijo Louis agarrándola y dándole un beso
en la frente.- aunque se verdad.- la soltó y ella se marchó corriendo.- tienes
5 segundos más, ¡aprovecha!.- chilló al aire.- mamá, te confio a Amelia,
cuidado con lo que le dices.- y él también salió corriendo.
-Claro, solo quedan las gemelas, tranquilo.- yo noté ya el
calor de la casa, así que mientras ella me llevaba a una habitación me quité el
chaquetón y lo solgué en mi bolso.
-Le tengo que pedir algo… mamá.
-Dime.- se paró y se giró mirándome con cariño.
-Verá, quería preparar algo para Louis, por su cumpleaños.
-Que mona, ¿le has comprado algo?
-Sí.- asentí algo avergonzada. Ella miró mis bolsas.
-¿Es esto?.- dijo mirando dentro.
-No… es algo para las gemelas, lo he visto y he pensado en
ellas.
-Amy, pero si no las conoces.- me sonrojé.
-Cierto, supongo que ha sido una estupidez.
-Eso tiene solución.- abrió la puerta.- Ella es Phoebe y la
que está allí es Daisy, son las más revoltosas aunque no lo parezca. Chicas
venid.- dijo más alto y las dos pequeñas vinieron.- esta es Amy, la novia de
Louis.- ella me miraron.
-Hola, os he traído esto.- me puse a la altura de las dos y
les di las bolsas a ambas, las abrieron y sacaron los cuentos.
-Amy, son preciosos, nunca había visto algo así.- dijo
Joahnnah cogiendo uno y mirándolo de cerca.
-Son los cuentos que me gustaban de pequeña.- dije
quitándole importancia. Justo Louis entró con nosotros y Fizzy cargada a su
espalda.
-Vaya, no tenía que haber molestado.
-No ha sido una molestia.
-De todas formas, juraría que es mi cumpleaños, no el de
ellas.
-¿Qué se dice niñas?.- dijo su madre.
-Gracias, son muy bonitos.- dijeron ambas a la vez
sonriendo.
-¿Hasta cuándo te quedas Amy?.- era increíble lo que esa
mujer había conseguido. Me sentía parte de la familia en apenas minutos, de
hecho, ya la adoraba.
-Hasta las 6 o antes, tengo que regresar para la cena de
nochebuena.
-¿No te quedas a cenar si quiera?.- preguntó ella.
-No puedo, no me dejan mis padres.
-¿De verdad tienes 18?
-Aha.- asentí.
-Aparentas menos.
-Gracias.- dije quitándome el bolso.- ¿dónde dejo esto?.- lo
cogió y se lo llevó al salón, lo dejó en una mesita auxiliar.
-Ven, te enseñaré la casa.- Louis me cogió y me llevó con él
dejando a Fizzy en el suelo.-¿Cómo se te ocurre venir en coche?.- dijo mientras
me enseñaba la cocina con rapidez. Charlotte estaba allí, por lo visto ayudaba
a su madre a cocinar.
-Bueno, es tu cumpleaños, pero también navidad, y mi coche
es mi regalo de navidad, tenía que estrenarlo, ¿no?.- dije estando ya en el
salón.
-Cabeza loca.- dijo llevándome al pasillo al que antes había
ido con su madre, se paró y me besó, aunque fue corto. Abrió una puerta.
-Que conste que eso también me lo tomo como un cumplido.- él
sonrió.
-Esta es la habitación de Lottie y Fizzy.- era una
habitación simple pero bonita, de un tono salmón, dos camas individuales, una
rosa oscura y la otra color malva, un gran escritorio y un armario empotrado,
en medio de las dos camas, una ancha mesita de noche.
-Es… es muy bonita.- dije cogiendo aire.
-Supongo.- dijo encogiéndose de hombros. Nos sacó de la
habitación y me llevó a la de las gemelas.- Y esta la de Daisy y Phoebe.
Era igual de grande que la otra pero había una litera aunque
baja y con resguardos, había un armario a nuestra derecha y un montón de cosas
en una especie de baúl a la izquierda.
-No me lo digas, ¿también muy bonita?.- yo solo asentí.-
pues ahora mi habitación.
Nos llevó a otra habitación, era un poco más grande que las
anteriores pero era bastante más simple.
-Esta es mi habitación.- dijo con orgullo.
-Bualaaaa.- dije entrando. Era más pequeña que la que tenía
en Londres pero lo repasé todo. Había unas botas de futbol en una leja, la cama
era un poco más ancha que una individual pero pequeña de todas maneras. Un armario
a un lado y un escritorio pequeño con una silla de madera. Me acerqué al
escritorio.- pobre, no tenías una silla con ruedas, solo esta de madera.- dije
cogiendo la silla.
-Sí, bueno, todo un trauma.- dijo pegándose a mí.
-Menos mal que he venido. No sé qué harías tú aquí solo,
aburrido, con una silla que no tiene ruedas.
-No estoy solo Amelia, con esas cuatro cualquiera se atreve
siquiera a aburrirse. Dan mucho trabajo.- dijo sacando la silla y sentándose.
-Supongo.- me senté encima.- ¿y tu padre?
-¿No sabias que están divorciados?.- dijo apoyando su frente
en mi hombro.
-Sí, pero en algún momento tendrá que pasarse para ver a su
primogénito y esas cosas.- dije abrazándole fuerte.
-Mmm.- dijo aceptando mi abrazo. Miré su cara, lo llevaba
bien, pero de todas formas seguí abrazándole. Simplemente el abrazo duró lo que
quisimos.
_ _ _
-Mmm, señora… mamá.- dije asomándome a la cocina. La madre
de Louis se giró sonriendo. Ya había puesto la comida en el fuego.
-Dime pequeña.- se acercó a mí.
-Lo que le he dicho antes… quiero prepararle algo a Louis.-
ella asintió.- ¿me haría el favor de entretenerle?.- pregunté colorada.
-Que mona. Por supuesto…¡Louis!.- llamó al aire.- ¡Louis!.-
volvió a repetir.
-Dime.- dijo Louis entrando a la cocina.- con que estabas
aquí Amelia.- dijo cogiéndome de la cintura.- ¿qué quieres mamá?.- preguntó
mirándole y sonriendo sin soltarme.
-Necesito que vayas a por tus abuelos para la comida.
-¿Ya?.- se quejó.
-¿Tus abuelos?.- pregunté nerviosa.
-Sí, es mi cumpleaños, pero se supone que cenan aquí, eso de
comer te lo has sacado tú.- dijo señalando a su madre con la mano libre.- sí,
sí, te lo has sacado de la manga.- dijo riendo.
-¿Eh?, no, pero juraría que me dijeron que querían
conocerla.
-Es verdad.- se paró a pensar.- entonces tienen que venir a
comer.
-¿Ves?, que poco confías en mí.- dijo su madre haciéndose la
indignada.
-Lo siento mamá.- me soltó y fue a ella, la cogió de la
cintura y la levantó.
-Louis, para, ya no estoy para estos trotes.
-Pero si eres joven mamá.- dijo dejándole y riendo.
-Claro, claro.- dijo ella riendo.
-Es cierto… mamá.- añadí.
-Y ella no miente.- dijo Louis poniéndose a mi altura.
-Ya me lo has contado, tendré que haceros caso. Y ahora ve a
por tus abuelos.
-Vuelvo en nada.- dijo besándome.
-Tranquilo.- dije sonriendo.
-Venga.- le aprendió su madre. Cuando se hubo ido…- ¿te
ayudo en algo?
-Esperaba oir eso mamá.- dije yendo al salón y llevándomela
conmigo.
Lo preparamos todo, teníamos unos 15 minutos escasos, lo que
solía tardas Louis en ir a por ellos y convencerlos para que vinieran. Me
ayudaron todas, yo ya había echo las fotos, las había imprimido y las flechas
eran rojas. El regalo estaba al otro lado de la cama, en el suelo. Las chicas
pusieron las flechas y el regalo. Su madre envió a Charlotte a vigilar la
comida y a las demás a preparar la mesa. Entre Joahnnah y yo colocamos las
fotografías. Eran la secuencia que hice en su coche, a su madre le gustó, pensó
que era original.
-Es original, nadie le había hecho esto antes.
-¿No?, pues no es tan difícil.
-Es muy bonito Amy, ¿las fotos son de hace poco?
-Sí, son de cuando se fueron, un día antes.
-¿Después de romper y volver?.- preguntó ella sonriendo.
-Sé que se lo cuenta todo.- me sonrojé.- supongo que usted…
-Te he dicho que me digas mamá. Tranquila, también me lo
explicó todo.
-¿Todo?.- pregunté más roja aún.
-Vale, todo, todo, hasta cierto punto.- sonrió.
-Mmm, bueno es saberlo.- dije ayudando a poner las cosas.
-Tranquila, a mí no tienes que explicarme nada.
-Hola familia.- dijo Louis abriendo la puerta.- ¿Amelia?...
Amelia ven quiero que conozcas a mis abuelos.
Sus abuelos fueron muy agradable conmigo durante la comida y
al terminar de comer apareció su padre con sus otros abuelos y regalos para
Louis y las niñas. Eché un montón de fotos con la tarta, todos se lo pasaban
bien, incluso vinieron los tios de Louis. Era un hervidero de gente, hasta que
la abuela de Louis dijo de ir a ver el belén viviente de la iglesia. Ella misma
me dijo que de pequeño Louis formó parte del belen, a mucha gente de la zona le
gustó porque hacía de niño Jesús y él nació ese día. Reí imaginándomelo de niño
Jesús pero que madre me sacó una foto.
(Lógicamente este dato es inventado, pero gracioso xD)
-¿Entonces vamos al belen?.- preguntó Mark, el padre de
Louis. Lo único que no me gustaba en aquel hombre, era su nombre.
Me giré a Louis y le apreté la mano que le tenía agarrada.
Él me miró confundido.
-Yo no por favor.- dije a su oído.- no me gustan nada.
-Nosotros no vamos.- dijo Louis.-prefiero ver una peli en
casa.
-Yo también.- dijo, ¿Phoebe?, bueno, una gemela.- me quedo
con Louis.
-De eso nada monada.- dijo su madre llevándosela.
Todos se fueron y nos dejaron la mesa llena de platos y
cucharas. Papeles de regalo y cajas de cartón. Suspiramos y recogimos todo a
pesar de que Louis quería ver una
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