-No lo entiendes.- dije desesperada.
-No lo entendéis vosotras. Adiós.- me cerró la puerta en las
narices.
-Menuda se ha armado.- comentó Lara.
-No podemos dejarlo así.- dijo Katy.
-Lo intentaremos con los chicos, por cierto su cumpleaños se
acerca por ahí, el día de Halloween.
-Sí, espero que hayamos resuelto esto para entonces.- dijo
Katy.
-Bueno chicas, no ganamos nada aquí de pié delante de la casa
de un cerdo, vámonos.- dijo Lara.
-Jane…no cometas ningún error.
Nos separamos para ir a nuestras casas. Llamé a Louis, le
necesitaba.
-¡Hola!.- dijo animado.- ¿Qué tal ha ido con Jane?
-No muy bien, ¿estas ocupado?
Silencio, creo que se olió lo sucedido.
-¿Qué te pasa?. ¿y esa voz?.- habló al rato.
-¿Podrías venir a mi casa?
-Claro, ya mismo si hace falta.
-Te lo agradezco Louis, eres una gran persona.
-Tranquila, estaré allí en menos de lo que se dice achís,
ten cuidado.
-Gracias otra vez.- colgué.
Cuando llegué a casa Louis ya estaba allí hablando con mi
madre y mi padre. Mi madre le enseñaba muchas fotos de cuando era pequeña. Lo
peor es que en casi todas salgo de bebé desnuda sobre la cama.
-Oh no, mamá, papá. ¿en serio?.- uf, peor día imposible.
-Pero si sales muy mona, Amelia Liberty.- comentó mi madre.
-¿Hace falta que digas mi segundo nombre?.- sí, podía ir
peor.- Ya se que no lo haces mucho pero dime Amy.
-Amelia Liberty, tu madre te llama así y así te llamará.
-¿En serio papá?
-Bueno…- mi padre dudaba.
Louis estaba un poco desorientado, le cogí de la mano y me
lo llevé de allí.
-¡Liberty!, será que no te lo digo, nada de cosas raras.-
dijo mi padre.
-Tranqui, soy virgen.
-¡Amelia!.- me reprendió mi madre.
-¿Qué?, es verdad.
Louis contenía la risa, sabía que no estaba de humor. Cuando
llegamos a mi cuarto cerré la puerta y puse la música baja, lo suficiente para
que mi madre no oyera lo que íbamos a hablar.
-No me creé.- dije casi con las lágrimas en los ojos.
-Oh.- me abrazó fuerte y empezó a acariciar mi pelo.- Amelia
ya lo sabias.
-Sí, bueno, no, lo suponía, pero creía en ella, después de
lo que hemos pasado todas no nos creyó. ¡No me creyó!
-Amelia, Amelia.- nos sentó. Yo me acurruqué abrazada a él y
llorando.
-Son tantas cosas que han pasado, que hemos pasado y no cree
ni un ápice. Dice que queremos juntarle con Liam.
-A lo mejor por eso no os cree.- dijo mientras me mecía para
tranquilizarme.
-Lo era, por sus reacciones, concluimos que le gustaba y le
gusta, pero también Mark y no sé lo que estará haciéndole para que sin ni si
quiera soltar palabra, le crea.
-Tranquila, se dará cuenta, además todavía quedamos nosotros
para decírselo.
-Lo sé, pero ahora mismo dudo de todo.
Louis cambió la cara, antes estaba sereno y seguro de si
mismo, ahora se había quedado con una cara distinta.
-Ahora necesito un amigo, no un ídolo y lo eres,
muchas gracias, aunque yo a lo mejor ni te guste quiero que sepas que todo esto
no lo olvidaré.
-Tranquila mi pequeña Amelia, desahógate.
-Ya se que somos cinco.- dije todavía llorando.- Pero ella y yo
nos conocemos desde casi siempre.
-Bien tranquilízate, sigue explicándomelo.
-Todo lo bueno y lo malo, lo hemos superado juntas desde
pequeñas, Lara y Katy son muy amigas nuestras pero desde que entramos en el
instituto y Victoria desde este año que empezó, hemos tenido suerte, ellas son
buenísimas, pero no quita el hecho de que podría perder a Jane.
-¿Crees que un chico podría separaros?
-Me esta demostrando que un chico puede separarnos.
-¿Sabes qué?, vamos a cambiar de tema.
-No puedo, hasta la primera vez que te vi en los castings
fue con ella, aunque ahora ni se acuerde de ti, me dijo “mira Amy que chico tan
mono”, y yo contesté, “si pasa a la casa es que además de guapo canta bien”.
Louis se puso rojo.
-Es cierto lo que dijo Harry en una entrevista.
-¿Qué dijo?
-Pues que pasas fácilmente de la risa a la ternura.
-¿Y eso te gusta?.- me preguntó.
-Sí. Me estas llamando Amelia, ¿tu también?.
-Sí, me encanta como suena. Amelia, Amelia, Amelia.- dijo
levantándose y pegando saltitos.
-Vamos no hagas el tonto que me río.
-Es lo que quiero.
-Menudo payasete estas hecho.
Mi hermano Mick entró justo cuando Louis estaba dando
vueltas y se unió a él.
-¿Se quedará a cenar?
-Mick, no se, pregúntaselo a él mismo.
-Louis, ¿te quedas a cenar?
-Si Amy no tiene ningun problema.
-Como si te quedas a dormir.
Mick se fue a probablemente chivarle lo que había dicho a
mis padres. Pero no volvió.
Fui al aseo y volví, Louis estaba estirado en mi
cama.
-Es cómoda.
-No mientas, está destrozada de todas las locuras que habré
hecho ahí encima.- solté.
-¿No decías que eras virgen?
-Y lo soy, mal pensado.
Mick volvió para avisar de que fuera a poner la mesa, de
todas maneras vino Louis y también ayudó. Cenamos todos en el salón, la cocina
era algo pequeña para eso. Mi padre miraba a Louis tranquilo y Louis intentaba
ser amable con todos. Terminó todo, ayudamos a recoger y nos fuimos a mi cuarto
de nuevo.
-Decididamente estoy jodida.- comencé a llorar.
-Vamos, vamos, ¿ya estas llorando?
-No puedo evitarlo.
-Ven.- estaba sentado en la parte de la cabecera, me eché
dejando la cabeza apoyada en él mientras que lloraba y lloraba, estaba
desconsolada. Ahora casi todo me parecía malo. En algún momento me quedé
dormida.
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