PENÚLTIMO CAPÍTULO... DE LA 1º TEMPORADA :3
(Jane ^_____^)
Por favor que fuera Liam. Era lo único que pensaba cuando me
hizo un par de señas, me atrajo a él. Tengo que besarlo como en la fiesta si es
igual, era Liam. Por favor que fuera Liam. A escasos centímetros de su boca me
ponía nerviosa. Vamos Jane. Me separé.
-Cierra los ojos.- dije nerviosa.- quiero saber algo.- Liam
accedió algo extrañado, simplemente dejó los brazos lánguidos y cerró los ojos.
-Confió en ti.- Sonrió un poco.
Me alejé un par de pasos, tome aire y me tranquilicé, reuní
toda mi seguridad y fui hacia él decidida y con paso firme. Lo miré con
decisión y le besé como recordaba haberlo hecho. Fue igual, incluso mejor, lo
saboreé todo lo posible, no le quería dejar escapar y él a mi tampoco, cosa que
agradecí. Sin apenas darme cuenta, el beso, había avanzado hasta convertirse en
una necesidad exclusiva de Liam. Me alarmé y me separé bruscamente. Liam se
quedó cortado mirándome.
-Yo...-Esquivé su mirada. Asintió y me besó dulcemente en la
mejilla.
-Vamos a por la cena.- Acepté con mala cara, no iba a
superarlo tan fácilmente por mucho que fuera Liam. Nos íbamos a la cocina, se
volteó y me abrazó, hundí mi rostro en su pecho.
-Quedémonos así.- Dije. Me rodeó con más fuerza. Noté como
sonreía sobre mi cabeza.
-¿Y la cena qué?.- Me preguntó.
-Poco me importa.- Dije todavía en sus brazos.
-Esta bien.- Dijo sacando el móvil.- ¿Comida china?.- Me
preguntó alzando un poco mi cara con la otra cogió el móvil, yo no le solté en
ningún momento.
-Lo que tu quieras.
Marcó un número y pidió una cena para dos personas a
domicilio cuando levanté la cara otra vez ya había colgado.
-¿Te sabes el número de memoria?.- Pregunté extrañada.
-Claro, ellos no utilizan cucharas.- Dijo sonriendo. Me hizo
reirme, le solté para ir a mi cuarto a por dinero, pillé algo y me bajé con
Liam.
-Comamos en el salón.- Sonreí.
-Hola de nuevo sonrisa.- Me dijo levantándose de la silla.
-Venga vamos a por las cosas.
Simplemente cogimos un mantel para la cena y un par de
vasos. Liam puso el mantel y yo los vasos. Nos sentamos en el sofá y pusimos la
tele en no se que canal. Solo sabía que estaban dando las noticias.
-¿Te puedo pedir algo?.- Se me estaba formando una idea.
-¿Ahora mismo?.- Preguntó sonriendo.
-Sí.- asentí.- ven.- me puse mirando a él.
Se me acercó dejando algo de espacio entre nosotros. Me miró
con curiosidad, yo sonreí y me tiré a rodearle con mis brazos, caímos al sofá
riendo, se reía con ganas.
(Liam ^____^)
Estábamos riéndonos en el sofá después de su abrazo, ella me
seguía rodeando a pesar de la postura, un poco rara ya que estaba parcialmente encima
de mí, pero su cara quedaba a la altura de mi cuello. Ella reía y de vez en
cuando hundía su cara en mi hombro haciéndome cosquillas con el pelo. Yo tenía
los pies en el suelo, estaba casi tumbado, en una mano llevaba el mando de la
tele y la otra la tenía en su espalda, la camiseta se le había subido un poco.
-Uf, tengo frio.- Dijo de repente.
-Normal.- Dije y le bajé la camiseta. Ella me lo agradeció.
-¿Cuándo tardaran?.- Preguntó en mi hombro.
-Pues suelen tardar.- miré mi reloj.- a partir de ahora,
media hora más o menos.
-Mañana, ¿a qué hora te iras?.- Me preguntó hundiendo más su
cabeza en mi hombro.
-Si por mi fuera nunca.- Intenté hacer una gracia.
-Nada es permanente.- Dijo casi ida.
-¿Qué?.- Pregunté, no estaba seguro de si la entendía.
-Es lo que pensé cuando las chicas me intentaron avisar por
segunda vez.
-Volviendo a lo mismo.- resoplé.- ¿es que no puedes
olvidar?.- casi supliqué.
-Hay algo que si que no he olvidado.- Dijo cambiando de
tema.- Mi nombre.
-Si…- Esperé a que siguiera, por lo menos se empezaba a
olvidar de Mark.
-¿Cómo supiste mi nombre?.- Se quedó mirándome.- Nunca nos
presentamos y yo no te lo dije en ningún momento.
-Bueno, Marie…
-Me refiero a mi primer nombre.- No me dejó terminar.
-Cuando te fuiste cabreada tus amigas lo gritaron yendo
detrás de ti.
-Sí.- sonrió.- lo recuerdo todo, no hace tanto tiempo.
-Aha.- Asentí, tenía razón.
-¿Dónde habrá acabado aquella dichosa camiseta?.- Preguntó
al aire.
-Arrepentida de no haberla guardado.
-Casi, fue una jodida trampa de estas.- se incorporó un
poco.- y para colmo tu no me creías, así que la tiré al suelo, aunque si me
gustaría tenerla ahora, en las fotos del CD, Amy sale con la camiseta que le
hicimos…
Empezó a comentarme las fotos que habían metido en el CD y
que la propia Victoria le había proporcionado una copia de todas ellas para un
futuro. Yo casi desconecté, no podía quitarme de la cabeza la camiseta, la
cogí, pero nadie pareció darse cuenta. La guardé en mi armario, el porque no lo
recuerdo, pero estoy seguro de que está allí. No pude ponerla en otro sitio.
-En cualquier caso que me gustaría recuperarla.- Ella
terminó de hablarme. Agarró mi cara y me acarició suavemente los labios bajando
hasta mi cuello. Sonreí tranquilo.- Pero…
-¿Pero?.- La miré extrañado.
-Me queda otra pregunta.
-Dispara.
-¿Quién es la chica de la foto?.- Preguntó tímida aunque
lanzada.
-¿Chica?, ¿a qué te refieres?.- Me acordé, el móvil lo había
cogido ella cuando había sonado.
-No te hagas el loco.- Dijo bajando la mirada.- Fuera de
bromas, si tienes pensado salir con ella me lo dices antes.- abrí los ojos, me
quedé perplejo. Cogí mi móvil y busqué la foto a la que ella se refería.
-¿Ella?.- Pregunté y me asintió con la boca torcida. -Bueno,
reconozco que es guapa. Pero es que, ¿no verías raro que “saliera” con mi
hermana?
-¿Tu hermana?.- preguntó sin saber dónde meterse.
-Sí, mi hermana.- La besé en la mejilla.- Tonta.
-No me digas tonta, creí que tenías novia por un momento.
-Y la tengo.- Dije acercándome a su boca.
-¿Eso crees?.- Preguntó, me adueñé de sus labios mientras la
pegué del todo a mi. Tanto la temperatura de su cuerpo como la del mío subieron
un poco.
-Sí, eso creo.- El timbre sonó. Cruzó su mirada con la mía y
me retó.
-Voy yo.- Dijo Jane levantándose. La cogí.
-No, yo.- Dije haciéndole cosquillas.
Al final fuimos los dos y sacamos el dinero a la vez.
Abrimos la puerta no sin antes discutir sobre quien pagaba, cedí ante ella y
pagamos los dos.
-Hola Jane, aquí tienes…
-¿Y tu qué haces aquí?.- Preguntó Jane secamente,
automáticamente la cogí de la cintura y la acerqué a mi lo más posible.
-¿Y este?
-Es Liam, ¿recuerdas?.- Dijo y me besó con desesperación.
-Se que lo haces para darme celos.
-Ególatra.- Le contesté.
-¿Ego-qué?.- Dijo Mark poniéndose chulo.
-Ególatra.- Le repetí soltando a Jane.
-¿Sabes qué?.- Jane le quitó la bolsa y le tendió el dinero
de ambos.- Toma, cógelo y quédate el cambio, ¿vale?.- Intentó cerrar la puerta
en sus narices.
-Todavía no he terminado.- Dijo Mark poniendo el pie en la
puerta.
-Pero yo sí.- Casi gritó ella.
-Tio, ¿cómo eres tan pesado?, ¿por qué no la dejas en paz?.-
Pregunté.
-Hay gente que necesita trabajar guapito.- Me contestó
acercándose demasiado.
-Aléjate.- Dije poniéndome entra Jane y Mark.
-¿Qué vas a hacer guapito?.- Preguntó.
-De primeras esto.- Le di un empujón y casi se cae, Jane
quiso cerrar la puerta y Mark la empujó. Jane calló hacia atrás y no pude
cogerla. Me enfurecí y antes de que pudiera reaccionar le di un puñetazo en la
cara. Se tocó el labio y me dio un puñetazo en la barriga con el otro brazo
antes de que quisiera esquivarlo. Se alejó y sonrió.
-¿Demasiado para ti guapito?.- Preguntó riendo, yo aún
estaba medio agachado pensando en lo que haría. Me levanté, él estaba de
espaldas lo agarré de la cabeza y le di contra la pared, se quedó un poco
conmocionado y lo eché de casa de Jane. Cerré la puerta, me fui a donde estaba
Jane, antes de caer al suelo se había dado con la esquina del mueble en la
cabeza, estaba inconsciente, la incorporé un poco y empezó a recuperar la
consciencia.
-¿Estas bien?.- La cogí como pude.
-Creo que no.- Dijo tocándose la cabeza y se miró la mano.-
Joder.- Se había hecho sangre, se incorporó un poco.
-Yo lo mato.- Dije y me levanté.- ¿Quién se ha creído que
es?.- Abrí la puerta y salí en su busca, si lo encontraba se iba a enterar.
-No Liam.- Jane vino corriendo hacia mi.- Vamos déjalo, no
merece la pena.- No me di cuenta de que había cerrado los puños. Ella me cogió
las manos y me las extendió, me dejé llevar, estaba demasiado enfadado como
para pensar con claridad. Ella me cogió de la mano y me llevó a su casa. Cuando
hubo terminado de cerrar la puerta cogió nuestra cena del suelo y me llevó al
salón.
-Espero que eso no te haya quitado el hambre.
-Más bien me ha dado hambre.- Intenté mentir.
-Vamos Liam.- Me puso una mano en la cara.- Tu no eres así.-
Y posó sus labios sobre los míos.- No me has contestado a cuando te iras.-
Sonrió.
-Por mi nunca.- Sonreí aunque me costó.- bueno, cenemos.
Sacamos las cosas y cenamos tranquilos, pusimos una peli de
risa, híncame el diente.
-No me cansaré de esta película.- Dijo riendo Jane.
-Ya veo.- No paraba de reir con esa película.
-¿Cuándo vienen tus padres?.- Pregunté ya recogiendo las
cosas de la cena.
-Deberían de volver mañana mismo sobre las 8 o así. Entre
las 8 y las 10.
-Pues me temo que me iré a esa hora.
Lo dejamos todo en la cocina para limpiarlo a la mañana
siguiente y hablando de todo un poco nos subimos a la habitación de invitados.
Deshicimos la cama.
-Voy a cambiarme, ahora vuelvo.- Dijo Jane saliendo y
cerrando la puerta. Aproveché para cambiarme, simplemente me puse unos
pantalones largos, solo me quedaba una camiseta y era para mañana. Jane tocó a
la puerta.
-Eh, ¿cómo llevas la herida?.- Me acerqué a ella y busqué en
su pelo la herida.
(Jane ^______^)
Me preguntó por mi herida y sin dejarme contestar se me
acercó a buscarla. Iba sin camiseta y me hizo apoyarme en su pecho. Me relajé
escuchando latir a su corazón.
-¿Dónde te has dado?.- Preguntó, con ambas manos movía mi
pelo.
-Dame.- Extendí mi mano y él puso la suya encima. Me busqué
donde todavía tenía un dolor leve.- Aquí.- dejé su mano en mi cabeza, pasó la
otra, me apartó el pelo, tardó un poco en hablar, mascullaba.
-Esta limpio, solo hay una pequeña herida.- Dijo algo
sorprendido.
-Claro, me la he curado cuando he ido a cambiarme.- Elevé la
cabeza y sonreí. Nos acostamos en la cama dejando la luz encendida, leí un
poco.
-No puedes dormir.- Me dijo Liam, dejé el libro.
-No, ni quiero.- Me volví a él.
-Yo tampoco.- Se incorporó.
-Ven anda.- Separé las piernas y di unas palmaditas en el
medio del colchón. Se apoyó de espaldas en mi, a pesar de eso su cabeza quedó a
la altura de la mía y puso sus brazos en mis piernas, cruzó las suyas. Yo le
pasé los brazos por debajo de las axilas y apoyé la barbilla en su hombro.
Suspiré, me deleité con su aroma.- No quiero que te vayas.- Me costó un poco
decirlo.
-Eso no es nuevo.- Pasó su mano sobre las mías, con la otra
hacia dibujos en mi pierna. Mi pijama consistía en una básica roja y unos
pantalones cortos.
-Por lo menos quédate hasta que regresen mis padres.- Hablé
flojito.
-Te lo prometo.- Me respondió apretando un poco con su mano
las mias.
-Eres un sol.- Sonreí por todo lo que significaba esa frase
para mi.
-Y tu mi luna.- Se separó de mi y se giró sobre sus rodillas
y me tendió una mano que no pude rechazar. Salvé la distancia que nos separaba
lentamente, solo tenía ojos para él, quería… necesita sus labios, así que los
busqué un poco desesperada, con ansia. Fue intenso y por su parte dulce, muy
dulce. Al poder separarme sonreí.
-Quédate hasta que vuelvan mis padres.- Repetí.
-Ya te lo he prometido.- Me abrazó ya acostados.- Me di la
vuelta y apagué la luz.
-Es por asegurarme.- Sonreí y le besé en la oscuridad.
-Me gusta que seas cariñosa.- Dijo apoyando su cabeza en la
mía.
-Y a mi que seas un soso romántico.
-Eh, no soy tan soso.- Se quejó.
-Pues díselo a Amy.- Se calló un buen rato.
-¿Has hablado con ella?.- Me preguntó.
-No, pero por lo visto tiene algo que contarme.- Pensé en lo
del día de los retrasados, me reí, cerré los ojos, aunque se me olvidaba algo,
lo dejé escapar. Hablamos sobre bastantes cosas más pero apenas me acuerdo, ni
si quiera cuando me dormí.
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